Pertenencia

ORIGEN HISTÓRICO

Salinas Don Diego constituyen un fenómeno exclusivamente ibérico y único dentro del continente europeo. La Salinas de manantial de Salinas Don Diego son salinas de interior ibéricas que tienen su origen en un mar, si bien no es el que conocemos hoy en día, hace 200 millones de años, durante el Triásico Superior, la mitad occidental de la Península Ibérica estaba cubierta por el Mar de Thetys o también llamado Mar Keupper. Éste sufrió procesos cíclicos de evaporación y reinundación, de manera que se fue formando una gruesa capa de sales sobre el suelo. Cuando, por movimientos tectónicos, este suelo se movió, la capa de sal acabó fragmentada y en el subsuelo. Entre los elementos geológicos que caracteriza Andalucía oriental destaca la presencia de rocas evaporíticas originados en el periodo triásico, cuando la región de Jaén estaba ocupada por un mar interior que, al ir desencadenándose, propició la precipitación de los diversos minerales que se encontraban en suspensión en sus aguas. Posteriormente, durante el Plegamiento Alpino en la Era Terciaria estos sedimentos fueron elevados de su disposición original quedando situados en muchos casos en extractos superficiales, originando los típicos paisajes de bad lands o a escasa profundidad, provocando la contaminación de las aguas subterráneas que los atraviesan al ser materiales saludables. Geológicamente estas aguas saladas sólo aparecen en aquellas zonas en las que existen extractos de roca evaporíticas, el Plegamiento Alpino en la Era Terciaria los levantó, produciendo encabalgamientos y fracturas, llegando a ser materiales alóctonos. Esencialmente los afloramientos de halita y otras rocas evaporíticas se producen en el dominio de los materiales terciarios, es decir, en el área del Sistema Bético. La existencia de capas freáticas por debajo de las sales, yesos y margas impermeables hizo que, en algunos puntos frágiles, donde fractura la capa de sales y el suelo que quedan por encima, surgen manantiales naturales de salmuera de los que se abastece Salinas Don Diego para su explotación de sal de manantial.

TRADICIÓN SALINERA ÍBERO-ROMANA

En Salinas Don Diego se mantiene viva la cultura íbero- romana, llevando a cabo por sus maestros salineros el proceso artesanal para la elaboración de sal de manantial propio de zonas de interior de la Península Ibérica.

PROCESO DE PRODUCCIÓN

Para obtener el mineral disuelto en el agua salobre es necesario volver a reproducir las condiciones que lo generaron, es decir, hay que provocar la evaporación del agua para conseguir su nueva precipitación, para ello es necesario obtener una fuente de energía que permita su calentamiento y posterior evaporación, lo que se consigue por la acción del sol y viento tras disponer la salmuera en unos estanques de gran extensión y poca profundidad para favorecer este proceso, llamados pozas. La originalidad de la industria artesanal salinera de interior característica de la región de Jaén, radica en unas condiciones geográficas específicas que permiten la explotación del agua salobre en las Salinas Don Diego, se alcanzan temperaturas extremas que rebasan los 45 º centígrados, por lo que la simple insolación es suficiente para conseguir la evaporación del agua y la precipitación de la sal en las condiciones adecuadas, balsa de gran extensión y poca profundidad orientadas normalmente al Sur o Sur- Oeste, sin que sea necesario ningún tipo de energía industrial para conseguirlo. Todas estas circunstancias hacen que nos encontremos ante unos sistemas de explotación salinera totalmente atípicos, muy específicos y originales, y sobre todo en lo tocante a la tecnología empleada en el proceso productivo, así como la morfología de las Salinas de Don Diego.

ETAPAS

A. Sistemas de Captación de agua

Extraída con bombas hidráulicas de manantiales de salmuera a 300 metros de profundidad bajo el subsuelo.

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B. Acumulación de agua

Una vez obtenida la salmuera del manantial a 300 metros de profundidad bajo el subsuelo es necesario “acumularla”, se extrae en invierno para que haya suficiente para el verano, y además porque el agua salobre no se puede utilizar directamente para la producción de sal, sino que previamente ha de haber alcanzado un grado de salinidad determinado para que pueda producir. Para ello el agua ha de ser calentada antes de iniciarse los trabajos de producción; y este calentamiento previo ha de producirse en las condiciones adecuadas. Se hace en albercas de piedra de gran extensión y poca profundidad para facilitar el calentamiento del agua y el grado de salinidad adecuado, denominadas estas albercas “calentadores “. Esta fase es exclusiva del proceso de producción típico de las salinas de manantial íberas.

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C. Conducción del agua

Una vez la salmuera almacenada en los calentadores, fase exclusiva del proceso de producción de las salinas de campiña como son las Salinas Don Diego, ésta ha de ser distribuida por el interior de las Salinas. En esta distribución interna podemos distinguir 2 momentos; uno el que lleva el agua desde el calentador hasta los distintos cuerpos de pozas de evaporación y otro, en el interior de cada uno de ellos. Mediante canalizaciones que conducen el agua a una u otra fase de la salina.

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D. El “campo de cultivo”; la Salina

Como si de un campo irrigado se tratara, el agua salada, finalmente llega a una superficie plana y extensa, previamente acondicionada, en la que la pendiente ha sido minuciosamente estudiada para poder gestionar el agua y aprovecharla al máximo. En esta zona es donde el agua salada, ya salmuera, se deposita en estanques de gran superficie y muy poca profundidad con el fin de que se evapore y cristalice el mineral disuelto en ella, denominados “pozas”. Estas pozas se disponen a lo largo del espacio explanado en grupos, que forman los llamados “cuerpos” de la salina. Las pozas tienen una forma cuadrada o rectangular, con unas dimensiones que varían entre los 4 o 5 metros de longitud hasta un máximo de 10 o 12 metros, mientras que su profundidad es prácticamente constante, no sobrepasando los 15 o 20 cm, para favorecer la rápida evaporación del agua. Las pozas están construidas con pequeños mampuestos en sus paredes y piedras muy pulimentadas en el suelo, normalmente cantos rodados para favorecer su calentamiento. La impermeabilización de las pozas se consigue mediante una capa de arcilla compactada situada bajo el suelo empedrado. En estas superficies es donde se lleva a cabo la producción de sal y donde se concentra la mayor parte del trabajo salinero, en es definitiva donde se “cosecha” la sal. Para su obtención se desarrollan diversas tareas, tanto de gestión y distribución del agua, como de producción, especialmente en el “rastrilleo” manual de la salmuera para evitar la formación y obtener cristales finos, que dan una mayor calidad a la sal; y recolección que se produce una vez que la sal cristaliza, pero antes de que se evapore toda el agua y se seque por completo “la poza”.

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